El mundo de fisicoculturismo está repleto de hombres que buscan dejar su marca por dos cosas, tener un cuerpo grande y muy bien desarrollado.
Uno de los hombres que ha logrado tener esos dos reconocimientos es Roelly winklaar, un hombre que demuestra que no hay nada que sea imposible para él.
El hombre, considerado “la bestia holandesa”, nació en Curacao y llego a la fama en Estados Unidos. El hombre tiene unos 39 años de edad, lo que lo convierte en uno de los deportistas activos con más edad, pues en su mayoría los fisicoculturistas rondan edades entre 20 y 30 años.
Roelly winklaar está en la liga especial IFBB, durante las competencias el hombre pesa aproximadamente unos 140 kilos, mientras en las temporadas de no competencia, su peso es de unos 129 kilos. Este hombre tiene unos volúmenes tan altos, que no es sorpresa que sea considerado una bestia.
Un hombre con músculos increíbles
El aspecto físico de este holandés ha sido una de las marcas personales que lo definen como deportista. El hombre tiene tanto volumen, que muchos lo consideran como una de las grandes bestias que hay dentro del mundo del fisicoculturismo.
Gracias a su estimulo por tener más y mejores músculos, el hombre se ha convertido en uno de los grandes dentro del concurso Arnold Classic, concurso donde Roelly ha sido uno de los rostros favoritos y más conocidos entre los jueces.
Una entrenadora peculiar
Roelly winklaar es una bestia que tiene una entrenadora tierna, pero ruda, la gran “grandma” Sibil, la mujer que le ha ayudado a Roelly a alcanzar el peso y las dimensiones que tiene.
Esta mujer sexagenaria, cuenta con una apariencia frágil, que podría hacer pensar que no tiene la fuerza para controlar a un hombre de las dimensiones de Roelly, a pesar de esto, la entrenadora ha demostrado ser una gran profesional, siendo considerada muchas veces como una de las mejores entrenadoras personales que podría tener un fisicoculturista.
La mujer no solo se ha convertido en la entrenadora estrella de la bestia holandesa, también es una inspiración y guía para el joven, que ve en esta mujer una fuente de inspiración y con la cual llega a tener pláticas sobre la vida y lo que es mejor para él.
Roelly winklaar siente una repulsión por los esteroides, ya que piensa que estos solo dañan el cuerpo de los atletas, y este sentimiento se debe en gran medida a la guía que ha tenido el hombre de la abuelita entrenadora.
Una pausa en el entrenamiento
Roelly winklaar tuvo un pequeño problema con una parte delicada de su cuerpo, la mandíbula, que se vio fracturada, por lo que el hombre fue sometido a una operación, que permitió que volviera a tener una vida normal.
Durante esta pausa, el hombre se vio en la necesidad de parar su entrenamiento, en parte, para poderse recuperar de una operación sencilla, pero que debe ser tratada con cuidado por los pacientes, luego de esto, el hombre logro volver a su estado normal de acción.
Roelly no solo se recuperó, sino que su vida se volvió más saludable, al punto de sentir un alivio a la hora de comer y sentirse con muchas más ganas de poder salir adelante y entrenar al máximo. Este momento de recuperación en parte fue bueno, ya que hizo que el hombre tuviera una pausa en su estilo de vida y recargara un poco de energía.
Roelly winklaar se prepara para nuevos concursos, entre los que se destaca el llevado a cabo de forma anual en su natal isla, al cual ha asistido en una oportunidad anterior.
Ref: https://www.fitnessrevista.com/roelly-winklaar-culturista-pro/